La sangre del contemplador
A veces ocurre...
Le llamamos cariñosamente pasado al cumulo de experiencias q nos forjan a ser lo q somos, queramoslo o no.
A veces tal cariño es costumbre, otras es simplemente ironia y las menos es liso cariño, pero sin importar el cimiento de la sensacion, el pasado sigue evocando.
Es simple... uno alguna vez fue uno mas, otro de la manada enorme llamada humanidad, viviendo, saltando, riendo, viviendo y desviviendo las experiencias de una existencia sin importar la extension, intensidad o importancia de la misma. Finalmente, uno mira atras, simplemente contemplando aquello que ya no se pudo cambiar.
A veces, y solo a veces, tales imagenes abren heridas que ya creimos olvidadas. Pensar que los momentos se superan por el simple hecho de olvidar es un engaño a uno mismo. No por que no se vea significa q no esta ahi asediando incesantemente.
Actuamos en base a ello, queramoslo o no, y lo que es aun peor, notemoslo o no. En ocasiones un momento de iluminacion destella para mostrarnos aquel momento donde la conducta nace, y es entonces donde ponemos atencion al flachazo de luz para poder dislumbrar lo mas fielmente posible la base de todo este asunto, y en base a la pequeña fotografia que guardamos en 5 sentidos, emplear ya sea un plan de accion de mejora o eliminacion de tal conducta.
Muchas veces, si es que ocurre, no es para nada agradable.
La mirada queda perdida en un pasado remoto y pristino, puro de la mano que podria alterar la experiencia, y la contemplacion se vuelve dolorosa. Las heridas vuelven a sangrar y las cicatrices, q solo habiamos olvidado, dejan de ser tales para volverse nuevamente centros de dolor incesante. Una vez lo superamos, podemos hacerlo de nuevo.
En este caso, la solucion no es tan simple. Al mirar atras no somos los mismos, aquel que supero eficazmente tal trance no existe ya en tal momento. Aquel que mira atras (y esto lo asevero) es susceptible ya a otras situaciones y capaz de superar otros trances distintos... revivir un cauce pasado es volver a nadar contra la corriente, solo q esta vez tenemos mas peso en la espalda y nosotros mismos somos mas pesados y menos agiles de lo que fuimos aquella vez que enfrentamos con exito el torrente. Aquella experiencia que no es consciente no es aprendizaje, mas un peso en la espalda que se acumula con muchisimos otros pesos en nuestras espaldas.
La solucion, como a todos los problemas de la vida, es simple y elegante. Aceptar y superar.
Nunca mencione que fuera facil, y no lo hare ahora. Tampoco nunca dije q fuera rapido, y no existen metodos efectivos mas que el ensayo y error. Madurar aquellos verdes tallos de hiedra es un proceso que requiere valor para comenzar y voluntad para llevarse a cabo, y no una gota bastante apreciable de astucia para terminarse. Pero esta es una tarea necesaria para obtener una permanencia, en el peor de los casos, llevadera.
Nunca ha sido agradable mirar el camino recorrido y ver las huellas carmesi de la sangre que vierten los ojos del contemplador, y pese a que el ayer no existe, siempre tendremos el aqui y el ahora.
Los caminos viscosos son mas dificiles tanto de andar como de desandar.